La comida chatarra vs la depresión

La comida chatarra vs la depresión

La comida chatarra está bastante relacionada a los cuadros de depresión. Comer por ansiedad se le conoce como “hambre emocional”, en esta nota te hablamos más de esto.

La depresión suele caracterizarse por un estado de tristeza, un bajo estado de ánimo, e incluso llanto. Sin embargo, el caso de cada persona puede variar.

Al estar deprimido puedes sentirte irritado, hostil, con apatía, con falta de apetito o con hiperfagia (aumento del apetito).

Independientemente de la severidad de cada cuadro, la depresión podría derivar en desnutrición o en problemas por aumento de peso, y afectar el autoestima.

¿Por qué la comida chatarra se asocia a la depresión?

Las investigaciones apuntan al elevado contenido de grasas trans, grasas saturadas y azúcares de la comida chatarra.

Estos ingredientes podrían estar relacionados al desarrollo de cuadros depresivos, por el aumento en la producción de citocinas o citoquinas.

Las citocinas producen un estado inflamatorio del sistema nervioso central, que modifica la síntesis de neurotransmisores y una alteración en sus funciones.

El consumo de algunas grasas, en combinación con la ingesta de azúcares refinadas, incrementa el riesgo de depresión, debido a los efectos ansiolíticos.

Todas estas sustancias de la comida chatarra, no solo aumentan el riesgo de padecer depresión, también podrían incrementar el riesgo de padecer cáncer, obesidad o desarrollar enfermedades cardiovasculares.

La comida chatarra también tiende a que las personas sean más propensas a la soledad, a no tener pareja, a ser más sedentarios y sentir infelicidad con su vida.

Las personas que trabajan más de 45 horas a la semana suelen consumir tabaco frecuentemente. Cuando el estrés aumenta, segregamos cortisol, que provoca antojo de comida frita o dulce.

Cuantos menos hábitos saludables tenemos, más descontrol existe en nuestra vida, sentiremos más estrés y consumiremos más comida basura.

Cuando estamos ansiosos, tendemos a caer en “recompensas rápidas”, las cuales no suelen ser saludables y nos llevan a consumir más comida chatarra.

Si bien la depresión y la comida rápida parecen ir de la mano, podríamos estar ante un dilema similar a ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?

Una persona con depresión utiliza el placer de la comida chatarra para aliviar su estado emocional. Una persona sin depresión que consume este tipo de comida, podría estar creando un hábito problemático que lo lleve a tener problemas de salud física y mental a largo plazo.

Para reducir o eliminar el “hambre emocional” es importante identificar las causas y buscar alternativas de alimentos más saludables.

 

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